Suelos flotantes de hormigón
Los suelos de hormigón flotantes son multifuncionales y se adaptan a cualquier espacio. Un suelo de hormigón liso es elegante, sin fisuras y fácil de mantener. Gracias a su carácter resistente al desgaste y a los arañazos, un suelo de hormigón dura años. De hecho, un suelo de hormigón se vuelve más bonito con el tiempo.
Con su aspecto elegante y natural y sus propiedades prácticas, un suelo de hormigón nivelado encaja en cualquier espacio vital. Otros términos para describir un suelo de hormigón liso son: hormigón residencial, hormigón pulido u hormigón monolítico acabado – se trata de un verdadero suelo de hormigón con un grosor mínimo de 7 centímetros, sin materiales sintéticos, por lo que no se trata de un suelo con aspecto de hormigón o suelo de fundición.
La flotación es el acabado del endurecimiento del hormigón que se ha vertido por la mañana. La flotación de un suelo de hormigón crea un acabado liso y matices de color, lo que también llamamos dibujo o flameado. Se utiliza una máquina de mariposa para lograr el acabado. Es redondo y realiza movimientos circulares sobre el suelo. Acabamos las esquinas y los bordes a mano, y también espolvoreamos pigmentos de color para conseguir el color adecuado para el suelo durante el proceso de acabado.
Las ventajas de instalar un suelo de cemento son numerosas: no hay retrasos en el proceso de construcción, el suelo tiene un aspecto natural, es eficiente energéticamente y resistente al desgaste y los arañazos, se combina perfectamente con la calefacción por suelo radiante y se embellece con el tiempo.
¿Cómo se procede al hacer las soleras?
Medimos el número de metros cuadrados y el grosor y, a continuación, primero colocamos la armadura y después colocamos el aislamiento de los bordes. Comprobamos las uniones en las fachadas y en las soleras para verificar la altura correcta, al igual que hacemos al medir. Colocamos perfiles metálicos en las transiciones a otros suelos o como borde de alfombra en las puertas delanteras o traseras. Tras el secado, vertemos y aplanamos el suelo de hormigón y espolvoreamos la capa superior con el color deseado.
Todo el proceso tarda unos tres días: un día para el refuerzo, otro para los imprevistos y otro para verter y nivelar el suelo de hormigón. Puede tardar más en función del número de metros cuadrados y del número de plantas.
